CONVIVENCIA EN EL CONTEXTO FAMILIAR
CONVIVENCIA EN EL
CONTEXTO FAMILIAR: UN APRENDIZAJE PARA CONSTRUIR CULTURA DE PAZ
Este artículo aborda la temática de la promoción de la
convivencia en el contexto familiar, como un aprendizaje para construir cultura
de paz. Se trabajó con una población compuesta por diez figuras parentales de
niños y niñas entre los tres y diez años de edad, pertenecientes a un centro
educativo .En lo que respecta a los principales resultados, se evidenció que la
convivencia fue comprendida por las familias participantes a partir de acciones
concretas, no desde la dinámica interaccional en la que se construye, por lo
que la mayoría de las dimensiones del convivir fueron invisibilizadas. Los
factores promotores e inhibidores de la convivencia fueron expuestos a través
de las dificultades que las figuras parentales enfrentan en el ejercicio de la
crianza, la cual se vive con incertidumbre, agotamiento y frustración.
Finalmente, el grupo familiar del estudio, no se autopercibió como una
instancia social protagonista del aprendizaje de la convivencia, ni
constructora de cultura de paz.
La forma de
prevención del aspecto dado el artículo frente al sistema familiar
La convivencia pacífica es una aspiración compartida
socialmente, de trascendencia innegable para la existencia humana; por lo
tanto, su aprendizaje ha sido planteado como uno de los pilares de la educación
para el siglo XXI. La Conferencia Internacional de Educación de la UNESCO
(2008), ha reiterado la necesidad que nos compete de educar en este tema,
máxime que el convivir no se produce de manera espontánea en sociedades que
favorecen el individualismo y la competencia. La promoción de la convivencia no
solo es un factor de bienestar para las personas, sino la base desde la que se
construyen la ciudadanía, el capital social, la calidad de un país en el futuro
y también la posibilidad de entendimiento entre los pueblos. Aprender a
convivir incide de manera directa en el combate de formas violentas de relación
y, por lo tanto, en la construcción de una cultura de paz. Cuando las
relaciones interpersonales se encuentran deterioradas, se genera el fenómeno de
la violencia, de ahí la importancia de invertir en el desarrollo de
competencias, habilidades y valores. De acuerdo con Rosada (2000), la violencia
ha venido en incremento, sobrevivir se ha convertido en un reto debido al
descenso en la capacidad de concertar, hacer pactos, negociar, convenir
propósitos o ajustar racionalmente disputas; predomina la intolerancia, la
respuesta violenta, la indiferencia. La humanidad exhibe su rostro más violento
e inhumano, lo que hace imprescindible generar propuestas creativas que
promuevan el convivir desde todas las instancias socializadoras.
Proyección del
ejercicio ético del psicólogo ante la temática del artículo.
Si bien se observa el ejercicio ético del psicólogo se
dirige entorno al concepto de familia.
La familia es una cualidad y un sistema social, el modo de producción imperante
ha condicionado sus formas de existencia, las jerarquías de sus funciones, los
valores predominantes y los principios éticos. Se ha diversificado con el paso
del tiempo, por lo que hoy en día se hace referencia no a una tipología
específica, sino a una diversidad de tipologías que comparten algunas
características, entre ellas la intermediación individuo sociedad. La familia
es un sistema de relaciones que supera aspectos de consanguinidad o la simple
suma de integrantes; pasa a ser la unión de personas que comparten un proyecto
de vida de existencia común, en el que se establecen fuertes sentimientos de
pertenencia, intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia,
estableciéndose un compromiso personal entre los integrantes que la conforman.
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